miércoles, octubre 26, 2005

Juglar Moderno o algo así

Después de las experiencias vividas, los relatos son lo que finalmente queda de una reunión social. Pienso que es en ese círculo, donde más se comparte, y por cierto, donde más se aprende.

Siento una profunda admiración por los juglares de la edad media que destacaban por recitar poesías y relatar grandes cuentos frente a una emocionada audiencia.

En el quehacer diario de mi vida, generalmente cuando me acontecen sucesos anecdóticos, o bien cuando vivo alguna aventura especial, apenas se presenta el momento adecuado, he disfrutado compartiendo mis experiencias con otras personas cercanas, haciéndolas reír y/o emocionar.
Creo que desde que tengo uso de razón, he sido de esta forma:
“Sencillamente gozo viendo como mis amigos se ríen y/o emocionan con mis relatos”.

Lamentablemente el los últimos días, me ha acontecido que cuando estoy en medio de un cuento, más de alguno de los presentes ha puesto en duda de la veracidad de mis palabras, provocando un efecto dominó que termina por romper la atmósfera que se genera dentro de un círculo de oyentes, echando por la borda mi empresa.

Reflexioné la última vez que me pasó esto. Claro!, me aterró el hecho de que tal vez estaba quedando como un charlatán, y peor aún, como un mentiroso. Reconozco que siempre he sido bueno para ponerle, digamos: "un poco de color” a mis relatos. Pero de ahí a ser un mentiroso; jamás.

No alcancé a apremiarme por todo esto, cuando fui al cine a ver una película. Desde el comienzo me sumergí en la pantalla fascinado por la trama, ya que esta tenía directa relación cuestionamiento que había tenido tan sólo dos días atrás con el último relato que no había alcanzado a llegar a puerto.

La película que fui a ver se llamaba “El Gran Pez”.

Salí del cine aún con lágrimas de emoción por tan hermosa película. ¡Como tanta coincidencia!.
A partir de ese instante todo estaba más que claro.

A las narraciones al igual como a las comidas es bueno agregarles especies y condimentos para que tomen un mejor sabor, ya que simplemente:

la verdad es aburrida.